En los poblados pequeños al contrario de lo que se piensa, es más difícil combatir a quienes fumigan con agroquímicos prohibidos.
En la actualidad las semillas traen en su ADN todo lo que necesitan para terminar en la bella planta que vemos en muchos de los campos, ni la falta de agua ni la falta de los rayos del sol pararán su crecimiento. Tampoco serán atacadas por plagas, ya que vienen con una carga para matar a todo agresor que pretenda dañarla.
La cuestión es que si esta planta viene modificada desde su naturaleza, y viene con productos que hacen que las plagas no la dañen, qué estamos consumiendo.
En muchas ciudades de la Argentina, con años de lucha, hemos logrado que no fumigue más, Pero ahora queda el saber si el sólo fue reemplazado el mecanismo o realmente se utilizan productos que no dañan a la tierra ni al hombre cuando consume el producto final obtenido de esa semilla.